9/05/23

Celebramos la beatificación de Monseñor Jacinto Vera

Celebramos la beatificación de Monseñor Jacinto Vera

 

El domingo 6 de mayo la capital uruguaya se tiñó de color y alegría por los festejos en honor al beato Jacinto Vera, primer obispo de Uruguay.

El clima lluvioso no opacó los festejos que contaron con multitudinaria asistencia y una previa de expresiones artísticas.  El Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, dio la bienvenida a todos los asistentes, entre los que se encontraban  autoridades nacionales y líderes de distintas confesiones religiosas.

Presidió la santa misa el Cardenal Paulo Cezar Costa, arzobispo metropolitano de Brasilia y legado pontificio del Papa Francisco para la eucaristía con rito de beatificación de Vera. Entre los concelebrantes se encontraban el Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina; Monseñor Gianfranco Gallone, Nuncio Apostólico en el Uruguay.

El arzobispo de Brasilia expresó “Estamos celebrando un testigo de Jesucristo: Esto fue la vida de monseñor Jacinto Vera. ¿Quién no recuerda su caridad? ¿Quién no recuerda su fuerza para enfrentar las adversidades y proponer un camino para la Iglesia? ¿Quién no recuerda su lucha por la libertad de la Iglesia? ¿Quién no recuerda su celo para que el Evangelio llegase a todos los rincones de este país? ¿Quién no recuerda su misión pacificadora? La beatificación es la fiesta del testimonio”.

La misión de la Fe pacífica

Sobre el legado del beato Jacinto Vera, el enviado del Santo Padre destacó que “fue delante del sagrario que Monseñor Vera descubrió que la única manera de pacificar el país dividido por las discordias y luchas políticas era la misión.

Y continuó: “No buscó la pacificación a través de la política, de otros medios, sino a partir de la verdad de la fe. La fe pacifica. Ella, anunciada por la boca y por los gestos del beato, ayudó a pacificar el país”.

El Cardenal Cezar Costa recordó también que “la secularización ya es una realidad en la vida de nuestros países de América Latina. Donde las personas van perdiendo el sentido de Dios, de su Evangelio”. Sin embargo, aseguró que “la secularización no debe asustarnos”, sino “debe ser una ocasión para el testimonio y el anuncio de la Fe”.

Al final de su alocución, el Purpurado deseó que “este grande beato Monseñor Jacinto Vera nos ayude hoy, en el testimonio de la fe y en la misión” y “que cada uno de nosotros renueve nuestra misión de discípulos – misioneros”.

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Un grupo de hermanas y residentes del Cottolengo Femenino Don Orione dijimos presente en este gran evento de la Iglesia uruguaya. Damos gracias a Dios.